viernes, 12 de julio de 2013

Entre rejas

Hay un tal Bárcenas animando el cotarro como hacía mucho que no se veía por estos pagos. Se encuentra entre rejas, preventivamente, y pese a su fama de pedregoso la asfixia judicial le está volviendo lenguaraz. Unos dicen que miente cual bellaco (aunque hayan tardado 20 años en descubrirlo). Otros que sus cuadernos encierran negruras hediondas en las que se ahogarán los que ahora mandan. Los demás nos conformamos con asistir divertidos a este choque de titanes asfixiados en su propia podredumbre.

Que el gerente de un partido político esté acusado de blanqueo significa que por sus manos pasó dinero de procedencia ilícita. Que este mismo gerente esté acusado de cohecho significa que lo aceptó a cambio de ejercer influencia. Nunca resultó tan sencillo unir los puntos, ¿verdad? Luego viene el tinglado la antigua farsa: nadie nunca supo nada; el asunto les ha pillado de sorpresa; todo es cosa del tipo entre rejas; nunca nadie ha hecho nada ilegal; ellos, los que callan y también los que acusan, son todos honorables e íntegros…

Como hace ya muchos años que no voto en las elecciones, y tengo a los partidos políticos como fuente inagotable de chanchullos y enredos, el asunto no deja de parecerme otro “remake” más de una película ya vista. Y la razón de que no aflorase antes no se encuentra en la probidad de los políticos, sino en los mecanismos de que disponen unos para ocultar las cloacas, y la fehaciente incapacidad que tienen todos los demás para delatar cualquier irregularidad así se ponga el cazo enfrente mismo de sus narices. De ahí que desconfíe de todos ellos.

Personalmente, me importa un bledo que vayan a la cárcel o no. Mi interés radica en hacer que todos estos políticos de ahora vayan dejando paso a una nueva forma de entender su función, sus partidos y las leyes (realmente creo que las escriben sabiendo en qué subterfugios han de ocultarse). Sería un desastre para mí ver a los Rajoy y Rubalcaba de turno clonarse lustro tras lustro, sin permitir que se reinvente el sistema, como viene pasando hasta ahora.

Ya sé que a los ciudadanos todo esto nos ha importado un comino mientras teníamos el buche lleno. Pero si nosotros estamos cambiando, que cambien ellos también. Porque el espectáculo que estamos dando solo lo he visto en países a los que denominamos emergentes, y un gerente político entre rejas es el único indicio que necesito para reclamar que se vayan todos a sus casas y dejen de chingarnos con sus mentiras.