viernes, 9 de mayo de 2014

La recuperación

Semana de la Feria de la Construcción en Madrid. Ahora se llama de otro modo: SICRE, o SCS, depende: el título correcto es una argamasa insufrible de siglas y acrónimos que no aportan nada de nada. Imagino que el objetivo es hablar de la construcción sin mencionar el término construcción, tan mal visto, causa primigenia del derrumbamiento de nuestra economía (aunque yo sigo pensando que, en realidad, la causa se halla en el comportamiento de los bancos ante constructores y políticos con ganas de mover el ladrillo).

Hablo con un funcionario del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (MINETUR se llama ahora). Me dice que, en puridad, debería denominarse Ministerio de las Eléctricas y el Turismo, porque a la industria propiamente dicha, a la que se supone que defienden, la están dejando temblando con la cantidad de empellones y codazos que le propinan. Menos mal que en España, me dice, hay buen sol y buenas playas, porque de lo contrario…

Almuerzo con un empresario del sector metal. Coincidimos en que hay señales que anticipan una recuperación económica “de verdad”, sostenida, no un simple brote que, crecido bajo la atávica incontinencia verbal de los políticos, a duras penas alcanza a ver el sol. Sorpresa: ambos nos pisamos al tiempo la coletilla inevitable: “parece que va todo mejor… pese al Gobierno”. Total acuerdo. El Gobierno ha ajustado todo un país, para satisfacer los objetivos de Europa o Alemania o el BCE o de todos ellos a un mismo tiempo, recurriendo a la asfixia del ciudadano y desplomando cualquier traza de inversión y desarrollo.

La conclusión es que nadie se atreve a cantarle las cuarenta a los bancos y las cajas (de ahí que no sorprenda lo que del MINETUR en favor del Ibex o las eléctricas y contra todos los demás). ¿Qué importa que de ese modo avancen las desigualdades, la pobreza y se destruyan las perspectivas de la gente? La gente es menos importante que el Ibex, la pobreza se combate negando las estadísticas y la desigualdad se pierde en cuanto hablen las urnas (la gente siempre vota a alguien).

Quizá a usted le parezca una conclusión bien fea. Como a mí. Pero es la cruda realidad de este mundo que nos toca vivir. Hace ya un tiempo que pasó el discurso del “vivir por encima de nuestras posibilidades”. El discurso oficial, abogado por Gobierno, bancos, Ibex y organismos oficiales, resultó ser este otro: “deja que vuelva a vivir yo muy bien primero, que luego quizá te toque algo a ti”. Quizá…